lunes, 28 de septiembre de 2009

Un fin de semana...

Rápido, Mentolado, atropellado, soleado, caluroso, familiar, oloroso, doloroso, solitario, apelotonado, lleno, hambriento, saciado, juerguista, cansado, infortunado, milagroso, inglés, español, borde, agradable, perfumado, bañado, confortable
Pero sobre todo memorablemente genial.
Así a sido mi fin de semana con mis primos, sus novias (Ya primas) Y medio pueblo con residencia aquí, y es que los de mi zona podríamos formar tranquilamente un comité representativo que no faltaría nadie.
Pero desde lo alto de la felicidad y el bienestar bajamos a la cruda realidad, esa que no se ve o se quiere ver, la misma que se esconde de forma retorcida para que cuando la encuentres te sientas más estúpida.
No creo que lo hubiese comentado, pero ya desde el principio ella me pareció más seca que el, no me trata mal, pero creo que es una lucha constante con su ser el no hacerlo. Supongo que es normal que una madre sienta eso por alguien que ve más a sus hijos que a ella. De hecho el padre trabaja junto a la casa y, al contrario que ella, los ve con mayor frecuencia. De ahí que perciba cierta mirada en mi nuca cada vez que camino, miradas furtivas de odio contenido y demás que intentaba ignorar.
Lo que ha ocurrido es lo siguiente, que conste que cualquier conflicto solo se ha dado en mi cabecita pensante y en este, mi blog, ya que yo de cizañera tengo poco, así que, si no os importa, contaré lo ocurrido a modo de desahogo.
En primer lugar considero que el trabajo de una au pair es el de cuidar a los niños, y como persona que convive ayudar en las tareas ligeras de la casa. No se si recordaréis la famosa ‘plancha light’. eso es lo que se supone que tenia que hacer, planchar solamente lo mínimo, lo de los niños, alguna cosilla suelta… ya desde la primera semana, día tras día se van acumulando grandes montañas que yo tengo que planchar. Pero yo no dije nada, solo daba gracias de tener una familia tan agradable, de lo cual no me retracto. Luego intentaron que a las 8.30 de la mañana llevara al pequeño a casa de el vecino y luego en 20 minutos recorriera los dos kilómetros y medio que nos separan de la escuela con el mayor, que no es precisamente Spirit Gonzalez. Cuando les dije que no podía, que ya no era agotador para mi, si no para el niño(yo al fin y al cabo podía descansar luego) lo arreglaron comprándome una bicicleta (que pagué yo) aunque esto fue un poco culpa mía lo de pagármela, suelo ser algo gilipuertas… pero eso es otro tema a tratar. Me presionan para asistir a clases de inglés. Veo muy bien que se preocupen por mi, pero si la única clase a la que puedo acudir me cuesta 30 libras y no hago nada, No gracias, me quedo con mi dinero.
La cosa se complicó ayer, cuando al llegar a casa me comentaron que al tener más tiempo libre debería ayudar mas en la casa, yo lo vi. bien hasta que al leer la pizarrita vi: Miércoles, limpiar baños. ¿limpiar baños? Lo siento mucho, llamarme fina, pero no soy una chacha, yo limpiaré el de mi casa pero no el suyo. Obviamente no me importa pasarle la fregona, pero no más. Alba no toca retrete ajeno, no, no y no.
¿conté que trabaje sábado y domingo por que se fueron de fiesta y el domingo se lo pegaron durmiendo? Y encima no me pagan los fin de semanas trabajados, lo cual no veo bien teniendo en cuenta que una vez que pierdo un fin de semana no vuelvo a poder levantarme a una hora decente hasta la semana siguiente.
Y en último lugar hoy ella, quien sino, señorita mete cizañas, ha mantenido la siguiente conversación conmigo:
Yo. Estoy cansada, creo que me ire a mi habitación antes, Londres es agotador.
Ella. Claro, ayer estuviste hablando hasta las 9.30. Anda vete a la cama, y duerme y no te pongas a hablar.
En primer lugar a las 9.30 una servidora estaba viendo una serie, como mucho estuve hablando por teléfono(Skype) hasta las 9.00. Por lo menos es lo que dice mi Skype, pero de lo último que tenia ganas era de defenderme en inglés y encima quedar como mentirosa, así que le he dado la razón y me he ido a mi habitación. Que, por cierto, he salido al rato y menuda mirada me ha echado por que aún iba vestida. Señora son las siete de la tarde, a las 7 de la tarde, como mucho, me despierto de la siesta pero NO me voy a dormir. Descansar no supone echarse apresuradamente en los brazos de Morfeo, así que una servidora se quedará viendo Stargate Atlantis y leyendo Twilight.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Lo que se cuece...

¿Qué que se cuece en este país? Pues de todo, digamos que es un título polivalente.
Cocerse se cuece mucho, desde tarjetas para TODO hasta gente con ganas de sacar el dinero en la cara.
Esta semana pasada me decidí por un curso de inglés. Debido a mis horarios con los pequeños me resultaba físicamente imposible acudir a alguno, por lo que cuando llegué a aquella academia pesé que por fin podría hacer algo de provecho en mis
horas libres que no fuera planchar o tragarme todas la series que pululan por Internet. Pamela, la jefa de la academia, me propuso el poder asistir a clases de 11:00 a 12:30 los días que pudiera por 15 Libras la clase, lo que no es ni mucho menos barato. Pero viendo que era la única opción que tenía acepté.
Ayer descubrí que no voy a clase, voy a media, que digo media. Voy a una séptima parte de la clase.
Y eso es por que estoy pagando para asistir un rato a una clase q
ue se imparte de lunes a viernes de nueve de la mañana a doce y media, por lo que yo no me entero de la misa, la mitad. Y encima me soplan 30 libras por semana
Dejemos este tema antes de que coja la bicicleta, el cuchillo de la mantequilla y cometa una masacre.
Las tarjetas. Con tarjeta me refiero a pieza rectangular de cartulina, en este caso doblada en dos partes iguales que los ingleses utilizan para mantener sus amistades sin necesidad de verlas o llamarlas en un par de años.
En Inglaterra, por lo menos por aquí por Kent, te puedes encontrar en una misma calle más de una tienda dedicada a este tipo de tarjetas. De cumpleaños, bodas, mudanzas…
Pero no hay para felicitar el cumpleaños a nuestras jefas. No, no. Eso ya lo comprobamos cuando tras estar decidiéndonos por una tarjeta, ya que había sido el cumpleaños de la Host-mum (la jefa) de una amiga(española).
Tras ver que no encontrábamos una empezamos a avasallar al que reponía las tarjetas con preguntas. ¿y tiene usted alguna que ponga: felicidades Host-mum? ¿o felicidades Jefa? ¿quizás felicidades mujer que me paga todas las semanas un sueldo? Al final el pobre hombre simplemente nos suplico dijo: ¡Es mi primer día de trabajo!
Ay la cagó jorobó. Tras buscar con ahínco por toda la tienda, encontramos su tarjeta, Suerte en tu nuevo trabajo, rezaba.
El pobre chico acabo colorado, ya no lo hemos vuelto a ver más…
Podría comentar el carácter bipolar de estos series que llamamos: Ingleses. Ya no carácter bipolar , un trastorno de la personalidad que les hace ser mas raros que una patata verde con gafas o una zanahoria huyendo.(largas historias, de largos días de au
pair….) No te hablan, a no ser que tengan MUCHA confianza con tu familia anfitriona, no lo hacen. Saludan a los niños, no a ti. Les preguntan como va a los niños, no a ti. Y cosas semejantes, y de repente te cruzas con otro que, al contrario , te dirige la palabra sin razón alguna. En casos normales dirías: déjame en paz, no te conozco, pero supongo que la falta de fluidez con un idioma que no es el tuyo sumado a la antipatía de las personas hace que lo encuentres gracioso y todo. Tampoco penséis que era un vagabundo que pasaba por la calle, era el que te permite el paso a la armada, no se si sabréis que tengo que entrar cada mañana. La cosa también cambia cuando la relación con la familia anfitriona es muy estrecha, en ese caso los chistes y el buen ambiente no faltan, llegando a considerarles: No-ingleses.
También se cuecen revistas a precio de oro, costumbres incompresibles, comidas de los domingos, uniformes para todo, lluvias extrañas, días fríos en Julio(muy fríos), días calurosos en septiembre (muy calurosos) , camas sin hacer, zumo con agua, leche fresca, crêperies… y un largo etcétera que convertiría esta entrada en una de las más largas del mundo.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Ejemplo de un mal día.

Ejemplo de un mal día, tan común últimamente y razón de mi ausencia, es el día en el que te levantas a las 7 los padres de las criaturas se van y estos no han desayunado si quiera. Les das desayunar y te planteas la mañana, a las 8:15 llevar al pequeño a casa de los amigos que le llevaran al play Group y luego marchar al cole del mayor, que entra a menos cinco y es el niño más lento del mundo.
Cuando terminan de desayunar, tras los embobamientos por parte del m
ayor con un punto fijo en la pared, lo cual suele ser bastante común, les dejas ver la tele al ver que aún hay tiempo aprovechas para desayunar. Los vistes y se lavan los dientes y entonces una llamada, el señor padre de los nenes anunciándome que la hora de llevar al pequeño se retrasa a y media ¿y ahora como haces para llevar al mayor que está a más de 20 minutos del colegio? Llega la hora, metes al perro en la jaula, te muerde. Descubres que los niños no se han puesto los zapatos, se los pones. Su madre no te avisa de que ese día no ha preparado el almuerzo del pequeño, corre y prepáralo en tiempo record. Después de esto salimos, dejamos al pequeño en casa de la tía asquerosa que no me dirige la palabra por que, supongo, que se cree mejor que yo, y que ha pedido que lo lleve a y media, perra mala… Corremos hacia el cole, el mayor no tiene la menor intención de seguirnos así que nos toca cogerlo de la mano y tirar. Aún hay gente por la calle de camino al cole no vamos tan tarde, pero entonces me pregunta: Alba, ¿has preparado mi comida?
-No, por que hoy te toca comer en casa.
Entonces para, y se pone a gritar que teníamos que prepararle la comida y que como me he podido olvidar. Lo intentamos calmar contándole que esa semana aun no irá al comedor pero entonces, en medio de todos, se pone a correr hacía casa de nuevo gritando que no le toques.
Consigues convencerlo diciéndole que será el último de su clase y entonces se calma. Llegaís tarde, obvio, y entonces decides coger el camino que lleva a la escuela de inglés para preguntar y, si se puede, hacer el test. Coges la calle, que tras 15 minutos andando te llevará a la academia, entonces comienza a llover, tienes paraguas pero como si no lo tuvieras, acabas mojada y justo cuanto entras la lluvia cesa. Te esperas una hora, hasta las 10:00 para hacer el examen. Te convocan para el día siguiente, pero tu sabes que es difícil que vayas por que es miércoles y tienes que estar con el pequeño todo el día.
Llegas a casa y te toca limpiar la cocina, planchar y pasar la aspiradora. Luego en tu tiempo libre limpias tu habitación y entre cajón y cajón relegas todos esos pantalones que ya no te caben, ni te cabrán.

Vas a buscar al nene, al mayor que sale antes, vas en bicicleta aunque sabes que te tocara llevarla luego arrastras por que aún no te atreves a llevarlo contigo y además no llevas su casco. Entonces el ve la bici, se emociona y tu piensas no será nada malo si lo pongo en la sillita y arrastro la bici, así que le abrochas el cinturón y avanzas unos pasos, te das cuenta de que pesa demasiado así que apoyas la bici al muro y le intentas quitar el cinturón. La bici se mueve, tienes que hacer mucha fuerza así que decides colocar la bici en el suelo para evitar la caída, el nene se divierte mientras sentada en el suelo intentas quitarle el cinturón, entonces ocurre la catástrofe. Una mujer se acerca, tu le cuentas lo ocurrido, te entiende y ayuda pero entonces otra se acerca. Tu le explicas lo mismo pero no te cree, y no hace mas que preguntarle al niño si se encuentra bien, si tiene algún mal mientras tu le repites una y otra vez que no os habéis caído!
Tras el momento bochornoso vuelves a casa, le haces la comida al niño, aunque el te asegura que haber comido y que no quiere nada, tu sabes que es mentira, su
s padres te lo han dicho. A las 3 vas a por el peque, decides llevarte al perro, es eso o meterlo en el cajetín y que vuelva a morderte. El niño corre, el perro detrás y como consecuencia tu también. Esperando al niño en la puerta del Play group el perro se dedica a hacer de las suyas mientras el nene, como buen hijo de sus padres, da muestra de su capacidad gaseosa. Pasamos por el parque los niños juegan y el perro se escapa, el corre, tu corres. Lo alcanzas. Llegas a casa, los niños se pegan , te pegan, se gritan y hasta relinchan.
Te toca hacer la cena, se te queman las lentejas. Y al final llegan los padres y tu, cansada de todo, ni entras al blog, ni tocas un libro ni siquiera dibujas, tan solo te tumbas, escuchas música y rezas a quien sea para que los niños empiecen a tener un horario decente…
¡Y ese día llego! Pido perdón por todos esos maravillosos blogs por los que no me he pasado, por esas personas que me han alegrado el día diciéndome que les gusta mi blog y no he podido agradecérselo a tiempo. Pero ahora todo vuelve a su cauce, espero, y esto que he escrito es tan solo una combinación de lo ocurrido en diferentes días(aunque la mayoría ocurrieron el mismo) y otras tantísimas cosas que no he escrito, obviamen
te esta es la parte mala, ya que en esos días he de decir que siempre hubo algo que me lo arregló. Una llamada de teléfono, una sonrisa, una amiga, un café…
Hasta la próxima!

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